Recuerdos...

Inicio este escrito confesando algo…
En la parte superior del closet de mi cuarto tengo varias cosas, entre ellas hay cajas, libros, mis libretas del instituto, albums de fotografías, videos vhs, monitos de peluche que el doctor me pidió que alejara de mi, una muñeca de porcelana italiana que me regalaron en mi fiesta de XV Años que por cierto, está en el rincón volteada hacia la pared porque me dan miedo sus ojos ja!, hay bolsas llenas de fotografías que andan sueltas (me encantan las fotos, lo acepto), etc. Pero hay algo especial, una bolsa de regalo grande donde guardo recuerditos que son importantes para mi, en ellos tengo de todo…

La cosa más antigua que tengo es un diario que me regalaron cuando cumplí 8 años y dice cosas como: “Le doy gracias a Dios porque hoy fui a la escuela y pude llevar la tarea, regresando jugué, cené y me dormí..” jajaja puedes reírte! De hecho yo lo estoy haciendo en este momento, eso significa que siempre he sido una “ñiña cristianoide” como diría mi amigo Paco. La cosa es que casi no escribía en el, así que lo llené con estampas de colores y dibujitos, en las pastas del diario tiene unas bolsas de papel donde puedes guardar cosas, allí puse una foto de mi abuelito David, una envoltura de chicle que todavía no recuerdo porqué la guardé jeje, un listón de mi graduación de primaria y otras cositas.

También hay algunos sobres etiquetados con distintos nombres; esta el de “CFN” allí puedes encontrar recaditos que intercambiábamos mis amigas (os) de Cristo para las Naciones, hay otro sobre cuyo nombre es “boletos de conciertos”, allí hay boletos de todo tipo de conciertos, el más reciente miembro de ese sobre es uno de Torre Fuerte y Maria del Sol que se realizó el día de ayer y por cierto estuve en la zona vip exactamente enfrente del escenario; hay sobres con el nombre de las ciudades donde he podido ir y en ellos guardo cositas diferentes.

Pero tengo una pulsera tejida de color verde y negro que prometí junto con un amigo muy querido que nunca me la quitaría hasta que sola se desgastara y terminara por caer como señal de que nuestra amistad duraría toda la eternidad.
En lugar de estar aún en mi mano, está en la bolsa de los recuerdos.
Tengo una fotografía donde salgo con mi mejor amiga en mis tiempos de secundaria, éramos inseparables, pero resultó que el chico que a ella le gustaba estaba interesado en mi, aunque a mi nunca me interesó su “prospecto” y por esa razón dejamos de ser amigas; ah! y se caso con este chico hace como un mes. En lugar de estar aún en contacto conmigo, está en la bolsa de los recuerdos.
También guardo una cajita en donde tengo una cadena con una placa que tiene grabadas las iniciales de su dueño junto con una promesa que nunca cumplió, y por algunas razones y circunstancias nunca pude regresar.
En lugar de estar aún con su dueño, está en la bolsa de los recuerdos.

Ah! pero dejé para el final lo mejor de mis secretos guardados…
Tengo un compañero que ha estado conmigo desde el año 2000, es un diario que tiene llave, sus hojas son de color rosa, celeste y verde, y lo curioso es que allí solo tengo tres secciones: contactos de amigos, metas y palabras proféticas.
No sé si creas o no en esto de los profetas y que Dios te hable por medio de alguna persona, pero yo si, y para que no se me olvide lo que El Señor me dice, lo anoto en ese diario.
Una de las cosas que me enseño mi ex director del instituto y que he vivido y experimentado, es que cuando te sientes triste o deprimido, tienes que recordar las cosas que Dios ha dicho de ti.
Si bien es cierto, “un líder tiene que tener la capacidad de “automotivarse”, y cuando la burbuja del cristal del desencanto quiere hacerme su prisionera, corro hacia ese diario lleno de sueños que se han cumplido, otros que se están cumpliendo y algunos tantos que se cumplirán, para recordar una y otra vez que Dios es fiel en sus promesas y que haberle encontrado y servirle, no se puede comparar con NADA en este mundo…

Mi consejo para este escrito: “Deja que Dios plasme Sus recuerdos en tu vida…”